LA VIDA SIN LA SUSHI

El lunes dos de julio mi amada Sushi se fue al puente del arcoíris, fue sorpresivo y doloroso, no puedo ni siquiera explicarlo, fue horrible.

Ha pasado mucho tiempo pero pensar en la Sushi sigue siendo muy doloroso. He pensado mucho y he escrito y reescrito este artículo porque quiero expresar todo lo que significó para mi y al mismo tiempo creo que no es posible expresar con palabras mi amor por esa chuchita chiquita, berrinchuda y adorable; de alguna forma quiero hacer un mínimo homenaje a mi Sushi.

Las personas que no han tenido mascotas, posiblemente no logren  comprender que el dolor que se siente por un animalito que hemos querido y nos ha querido,  es nuestra familia también. Cuando amamos nadie es reemplazable, pasa igual con los chuchos, cada uno es único, cada uno tiene un lugar en nuestro corazón, el duelo es complicado, todos son distintos, hasta con nuestros chuchos.

La Sushi era mi sombra, cuando llegaba a la casa su llanto era tan agudo que creo que lo escuchaban a un kilómetro de distancia, se ponía loca, movía su colita y seguramente ese momento del día era su favorito. Aunque estaba ciega, sabía exactamente dónde estaba yo y conocía la casa de una forma perfecta; cada grada, cada mueble, cada esquina, ella lo conocía todo. Era algo así como la jefecita de la casa.

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Amaba pasear, se ponía loca al escuchar la palabra mágica “vamos” y no digamos si tenía el arnés puesto, hacía un escándalo si no nos apurábamos, sentada frente a la puerta exigiendo que nos fuéramos ¡ya! claro, cuando salíamos le encantaba explorar, era una diva aventurera. En la playa o en el parque, ella buscaba y caminaba, disfrutaba del sol y a veces hasta sometía al orden a la Nola y las primas que corrían como locas por todos lados. Pensar en nuestros viajes me hace sonreír y al mismo tiempo me llena los ojos de basuritas que me hacen llorar porque era una increíble compañera de viajes, toda una aventurera.

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Luego de su muerte pude darme cuenta que ella, mi chuchita ciega, era el lazarillo de Jorge (él también es ciego y no tiene un radar tan agudo como la Sushi), él también perdió a su mejor amiga, siempre estaban juntos, Jorge la seguía siempre y él lograba ir bien por todos lados gracias a que ella de alguna forma lo guiaba, una chuchita ciega era lazarillo de otro chucho ciego. Sin la Sushi, Jorge ha tenido que agudizar sus sentidos y lo más divertido es que adoptó todas sus mañas, resulta que ahora soy su persona favorita, en el sillón ocupó el lugar de la Sushi, atrás de mis rodillas, quiere estar cerca de mi todo el tiempo y, ¿qué puedo hacer?, consentirlo por supuesto, porque Jorge también paso por el dolor de perder a su compañera. Saben qué es lo mejor de esto, ambos nos ayudamos a superar nuestro dolor, él acompañándome en todo momento y yo ayudándolo en lo que no se le hace tan fácil, indudablemente los chuchos son más inteligentes de lo que nos damos cuenta.

En enero fuimos a la playa, de mis fotos favoritas de este par <3

Antes de la muerte de la Sushi teníamos con Carlos muchos proyectos y muchas ideas inspiradas en nuestros amados chuchos, por un tiempo todo quedó en pausa, incluso el blog, hay mucho que contar; pero antes, despedimos a nuestra amada Sushi Zu; antes, la recordamos y les contamos lo maravillosa que hizo nuestras vidas; antes, decimos hasta pronto Sushi.

No hay nada mejor que pasar las vacaciones con tus chuchos, este viaje fue increíble para todos, mi Sushi tuvo piscinoterapia <3

Todo ahora es diferente, no necesariamente es malo, solamente todo cambió para siempre en la manada, en la familia.

Espero con todo mi corazón que en algún lugar en una pradera hermosa, donde muchos chuchos corren y juegan felices, donde hay un puente de arcoíris, esté mi Sushi, esperándome con un par de alitas pequeñas, ella seguramente no se va a aburrir porque va a estar diciéndoles a todos que hacer. Ella está en este lugar con un pedacito de mi corazón que ya no es mio, hasta que llegue el día que nos podamos volver a encontrar.

“- Y cuando te hayas consolado
(siempre se encuentra consuelo)
estarás contento de haberme conocido. “

de El Principito
Antoine de Saint-Exupéry

Sushi Zu <3 2011-2018

2 respuestas a “LA VIDA SIN LA SUSHI”

  1. Lucy Matricardi dice:

    Hermoso!!! Lo amé y lloré, pensé en mi adorada perrita, para la cual la palabra “vamos” también es mágica.

    1. ¡Muchas gracias Lucy!todos los que amamos un perro pasaremos por esto y es bueno saber que no estamos solos, gracias por leernos, un abrazo 🙂

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